Grupos Solari y Matte son las familias empresarias con mayor proyección

Un estudio elaborado por Gonzalo Jiménez de la Universidad del Desarrollo, identifica el potencial de las familias empresarias chilenas que les permite proyectarse de una generación a otra. Analiza seis aspectos considerados clave para cumplir el objetivo: Alineamiento familiar, sucesión, empoderamiento de los gerentes, que sean percibidas como atractivas para trabajar, que estén bien posicionadas en el mercado de capitales y tengan un liderazgo social.

Las familias empresarias líderes no sólo trascienden por sus fortunas, sino también por su historia y legado capaz de generar valor y contribuir al país. Con este foco en mente, el director del Centro de Familias Empresarias de la Universidad del Desarrollo, Gonzalo Jiménez, elaboró el estudio “Potencial Familiar Transgeneracional”.

Considerando seis pilares (ver recuadro), este busca identificar el potencial de las familias empresarias chilenas que les permite proyectarse de una generación a otra, “construyendo un legado valioso, perdurable y generador de valor económico, financiero y social para el país en el tiempo”.

Los resultados muestran que los grupos familiares-empresariales mejor evaluados, son los que han trabajado el Alineamiento Familiar y la Sucesión Familiar. De los mejor evaluados, destacan las familias Solari y Matte, “que se presentan como los grupos familiares-empresariales 2.0 del país”, resalta el informe.

“En el caso Solari, que son de una tercera generación, representan una notable excepción a la regla, porque aunque internacionalmente la evidencia muestra que la combinación de familiares ocupando en paralelo cargos de presidencia y gerencia no son buenas, ellos han logrado descollar prácticamente en todas las dimensiones. Lo que demuestra que cuando a los sucesores se les exige excelencia y son capaces de responder a esas expectativas, en términos profesionales, son capaces de refutar los mitos de la tercera generación”, explica Jiménez.

Los sigue la familia Luksic, que al momento de la realización de este estudio comenzaba a vincularse al caso Caval, por lo que “habrá que ver en la próxima edición de este estudio, cómo dicha situación golpeó su imagen y reputación”, precisa. En todo caso, aparece bien posicionado en el empoderamiento de sus gerentes, lo que es un aspecto muy relevante, ya que “cuando un grupo familiar está muy metido en la administración, es reflejo de que la familia está en una etapa primaria de administrar y no ha evolucionado a una etapa superior y estratégica de gobernar”, afirma Gonzalo Jiménez.

También es importante el liderazgo social, puesto que la validación social puede ser relevante a la hora de materializar proyectos.

De hecho, si bien familias como Von Appen y Bofill han integrado exitosamente a las nuevas generaciones, no se destacan en otros aspectos, lo que se da en gran medida por el bajo perfil que los caracteriza, recalca Jiménez. “El grupo Von Appen es el gran modelo de las buenas prácticas de gobierno corporativo en América Latina”, enfatiza el autor del reporte.

Algo interesante es que pese a lo castigado que ha estado la acción de LAN en el mercado bursátil, acá a la familia Cueto, los especialistas en el mercado de capitales, lo reconocen como un grupo pujante y emprendedor, aunque aun en una etapa fundacional.

Evaluación más baja

Por el contrario, las personas que fueron consultadas consideraron que Paulmann, Ponce Lerou, Délano-Lavín (Penta) y Marín-Hornauer son los grupos que están en el otro extremo, es decir, con menor potencial transgeneracional.

Estas familias también se repiten al observar el panorama completo. “Se observa que la gran mayoría (de los con evaluación más baja) no ha trabajado ni el alineamiento ni la sucesión familiar. En efecto, estos grupos se caracterizan por la fuerte presencia de un fundador que acapara todos los espacios, tanto a nivel familiar, como Gobierno Corporativo y de organización”, precisa el estudio.

Esto, de cara al mercado, siembra dudas respecto al futuro del negocio en su ausencia. La familia Paulmann, en esa línea, aparece muy castigado debido -en parte- a las dudas que recaen sobre su transgeneracionalidad, a diferencia, por ejemplo, de la familia Solari, que también controla un gigante del retail.

Otros ejemplos son “el grupo Claro, que es percibido por el mercado como uno que está en camino a una lenta disolución. Mientras que al grupo Penta no se le ve proyección, y algunos especulan su desaparición como tal y no se visualiza sucesión”, sostiene Jiménez. En el grupo Ponce Lerou los especialistas no han visto aun en la siguiente generación empuje ni liderazgo que faciliten la sucesión, agrega.

Estos dos últimos afectados por el financiamiento irregular de la política.

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